Me encanta tu receta, pero te voy a hacer una sugerencia. Verás en mi casa se preparaba salsa de roquefort, cuando era para pasta se hacía en caliente derritiendo el queso en la sartén y añadiendo la nata líquida para cocinar y cuando era para endivias no cocinaba el queso sino que lo batía con la nata con lo que quedaba muy cremoso. Un día nos sobró un poco de este último y cuando abrí el frigorífico encontré la salsera y al lado un paquete de zanahorias sin abrir; allí se me ocurrió mezclarlos. Pensé “mmm…palitos de zanahoria con salsa de roquefort…¿y si luego saben mal que hago?”. El caso es que me lancé y me encantaron pero la sorpresa mayor vino unos dos años después. Me fui con mis compañeros becarios de cena a un restaurante vegetariano que no recuerdo como se llamaba pero quedaba por detrás del Congreso de los Diputados. Cual fue mi sorpresa cuando nos sentamos a la mesa y el camarero nos trae de aperitivo ‘mis’ palitos de zanahoria con roquefort. Mis amigos los miraban raro pero yo empece a comer y me miraban y me decían “¿pero eso está bueno?” y yo les decía “¡huy! está malísimo, no los probéis. Dádmelos todos a mí”. Captaron la ironía, lo probaron y quedaron encantados. Desde entonces dejé de sentirme ‘bicho raro’ con las zanahorias con roquefort y me apunto tu receta para futuros aperitivos.;)
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